viernes, 7 de diciembre de 2012

La viuda pobre...


Se trata de una historia absolutamente real. Ocurrió en "Café i caliu", un centro que atiende Cáritas en la Parte Alta de Tarragona, y que proporciona desayunos —abundantes, por cierto— a centenares de necesitados, para muchos de los cuales es su única comida del día.

Este centro, además del trabajo de numerosos voluntarios, se nutre sólo de donaciones de particulares, del Banco de Alimentos, de la Iglesia, de algunas firmas comerciales... y poco más.
Pues bien, resulta que un día se estaba hablando entre los voluntarios de una campaña que promovía Cáritas para intentar obtener ayudas para poder ampliar el número de personas a quienes atender. En esto, un señor, usuario de ese servicio por avatares de la vida, se acercó y dijo: "Ustedes perdonen, pero no he podido evitar oir eso de la campaña de ayudas... y he aquí la mía. Sólo son cinco euros, pero es cuanto tengo".

Los voluntarios, apenas repuestos de la sorpresa, se negaron a coger el billete porque aquel caballero no acudía allí por gusto. El donante, con una expresión conmovedoramente sincera, insistió: "Miren, hace ya un año que vengo aquí y puedo comer gracias a esta institución. Mis circunstancias no me permiten proporcionarles una cantidad mayor, pero de muchos pocos puede salir un mucho".

¿No les recuerda lo del óbolo de la viuda pobre que podemos leer en los Evangelios según san Marcos (12,41-44) y según san Lucas (21,1-4)?

http://premsaarquebisbattarragona.blogspot.mx/2012/06/el-obolo-de-la-viuda-2.html

1 Levantó luego la vista y vio a los ricos que iban echando sus ofrendas en el tesoro. 2 Vio también a una pobre viuda que echó dos monedas muy pequeñas.
En el atrio del templo destinado a las mujeres, frente a la galería del tesoro, que era accesible a todos los que acudían al templo, había trece cepillos en forma de trompeta. En ellos se recogían las contribuciones impuestas por la ley, y también aportaciones voluntarias. Allí está sentado también Jesús. Está sentado como maestro que es. Levanta la vista y ve cómo las gentes echan su óbolo en los cepillos. Estos se entregan al sacerdote que desempeña el ministerio. Dicho sacerdote pregunta por el montante de la oferta y por su finalidad, comprueba el dinero y, según la finalidad, indica el lugar en que se debe depositar. Jesús observa lo que sucede. Ve a ricos que llevan sus ofrendas y también a una pobre viuda que sólo deposita dos piezas de moneda, de las más pequeñas.
3 Y dijo: Os digo de verdad que esta viuda pobre echó más que todos. 4 Porque todos ellos echaron para las ofrendas de lo que les sobraba; pero ésta, de su pobreza, echó todo lo que tenía para vivir.
La viuda que llega a depositar su óbolo era pobre y por consiguiente despreciada, como aquella pobre mujer de la que se refiere que sólo pudo aportar un puñado de harina para el sacrificio, por lo cual tuvo que oír palabras de desprecio del sacerdote que desempeñaba su ministerio. Según el juicio de Jesús, la viuda pobre dio más que los ricos. Su óbolo es pequeño, pero al mismo tiempo grande. Ha dado todo lo que tenía. Pone su vida en manos de Dios sin preocuparse ansiosamente (12,22-31). Forma parte de aquellos que son llamados bienaventurados (6,10) y que viven de las palabras de Jesús: «Buscad su reino (de Dios), y estas cosas (los medios de subsistencia) se os darán por añadidura» (12,31). En ella está representado el pueblo de Dios, del que se dice: «No temas, pequeño rebaño; que ha tenido a bien vuestro Padre daros el reino.» (12,32). El pueblo de Dios es pobre y carece de apoyo jurídico, pero da lo poco que tiene. No se apoya en los bienes y en el poder, sino en el Padre. Así vive la Iglesia primitiva en Jerusalén: «Y todos los creyentes a una tenían todas las cosas en común, y vendían sus posesiones y sus bienes, y las repartían entre todos según las necesidades de cada cual. Diariamente perseveraban unánimes en el templo, partían el pan por las casas y tomaban juntos el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y tenían el favor de todo el pueblo» (Act 2,44-47).
 http://mercaba.org/FICHAS/BIBLIA/Lc/LUCAS-21.htm

Link de la imagen:
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