Estimado visitante:
Es tu corazón tierra fertil ?
“ESCUCHEN LO QUE
SIGNIFICA LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR”
El mismo Jesús
se encarga de explicarles a sus discípulos el significado de la parábola del
sembrador y lo hace con cuatro tipos de oyentes de la Palabra de Dios. Es así
como nos explica como hay tres tipos de personas que no logran entenderla,
aunque la escuchen. A uno de ellos el Maligno se la arrebata desde el mismo
corazón, a otro aunque la acepta con alegría, la inconstancia no le deja que
ésta fructifique, más aún ante cualquier dificultad todo lo que había
recibido se le extingue, luego un tercer tipo de persona que escucha la
Palabra, pero las preocupaciones del mundo material ahogan esta semilla de
espiritualidad, la seducción de las riquezas la asfixian.
Sin embargo, hay
un tipo de persona distinta y es como la tierra fértil, escucha la Palabra y
la comprende, esta dispuesta y produce fruto abundante.
ATESORAR LA
PALABRA EN EL CORAZON
Jesús vino a
nosotros a sembrar la semilla de la Palabra de Dios y la vino a colocar en
nuestro corazón.
En efecto, el
mejor lugar para recibir la Palabra es el corazón, ¿tenemos otra opción para
atesorarla?, ese en ese lugar donde habita el amor, es allí donde Jesús nos
quiere depositar sus enseñanzas, y si no tenemos disposición a recibirla en
ese lugar, es cuando el maligno la arrebata.
Pero tampoco se
trata de tener una disposición aparente, superficial y con una actitud
inconstante, porque con esa actitud, la Palabra no surtirá los efectos para
lo cual fue recibida, la semilla no echará raíces y no dará frutos.
Las atenciones y
cuidados excesivos por lo terrenal, las preocupaciones e intereses por las
riquezas materiales, las ambiciones y el amor al placer, opuestas a las
inquietudes del espíritu no dejan que aparezca la Palabra y la ahoga, esa son
las zarzas o los espinos a las semillas.
Sin embargo
cuando el corazón es bueno, limpio, sencillo y bien dispuesto, es cuando se
comprende bien la Palabra, es como la tierra buena capaz de hacerla germinar
y dar frutos en abundancia.
Jesús nos pide
entender que oír la Palabra no es suficiente, esta además debe comprenderse
para que sea fructífera.
Para que la
semilla produzca muchos frutos, la tierra tiene que tener vitalidad para
superar todos los inconvenientes que se dejaran caer en ella, es así como
nosotros debemos estar bien preparados para que la Palabra produzca fuerza
para que se multiplique.
Por esa razón es
preciso que nos preocupemos de labrar la tierra de nuestro espíritu, para que
pueda recibir la semilla, entonces nos debemos de entusiasmar con la lectura
y la profundización de la Palabra de Dios.
Pero además,
Jesús nos pide que nosotros seamos buenos sembradores, El espera que nos
encarguemos de llevar la semilla evangélica a todo lugar, es decir que
repartamos con generosidad la semilla. Dependerá de nosotros cuanto produzca
100, 60 o 30 por ciento de efectividad.
El Señor les
Bendiga
Pedro Sergio
Antonio Donoso Branthttp://www.caminando-con-jesus.org/misales/SEMBRARLATIERRA.htm
Sembrar
José Angel Buesa
José Angel Buesa
Alza la mano y siembra, con un gesto impaciente,
en el surco, en el viento, en la arena, en el mar...
Sembrar, sembrar, sembrar, infatigablemente:
En mujer, surco o sueño, sembrar, sembrar, sembrar...
Yérguete ante la vida con la fe de tu siembra;
siembra el amor y el odio, y sonríe al pasar...
La arena del desierto y el vientre de la hembra
bajo tu gesto próvido quieren fructificar...
Desdichados de aquellos que la vida maldijo,
que no soñaron nunca ni supieron amar...
Hay que sembrar un arbol, una ansia, un sueño, un hijo.
Porque la vida es eso: Sembrar, sembrar, sembrar!
http://www.acu-adsum.org/jlb.poesias.html
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